Para llegar a Estados Unidos, los centroamericanos deben atravesar un infierno llamado México, montando el tren conocido como “La Bestia”. Las violaciones, robos y asesinatos forman parte de un itinerario del que sólo pueden salir ilesos con mucha buena suerte. Pero los días de montarse en “La Bestia” están contados. El gobierno de México ha preferido ampliar la capacidad del país como cementerio de migrantes que incomodar a Washington.
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