La cuestión es no dejar de protestar y actuar, no solo cada 2 de octubre sino ante todas las injusticias cometidas en perjuicio del pueblo. Es una cuestión dura, uno puede ser tachado de eterno incoforme o de soñador utópico, pero mantengamos siempre esa sociedad ideal en nuestra cabeza donde la soberanía de la nación y el poder residan en las manos de todos y cada uno de los mexicanos, donde seamos capaces de denunciar los actos del injusto sin temor a la violencia y la opresión, donde defendamos nuestra tierra y recursos por encima de cualquier contrato con capitales extranjeros, donde la información y el conocimiento lleguen a nosotros sin restricciones y tengamos la capacidad, el juicio y la imparcialidad necesaria para su análisis y aplicación siempre en búsqueda del bien colectivo