
No es de subestimarse la disculpa que pidió el secretario de Gobernación a los familiares de los 15 jóvenes asesinados, estudiantes y deportistas destacados en Ciudad Juárez, Chihuahua, por la premura e irresponsabilidad con la que Felipe de Jesús Calderón Hinojosa los vinculó, desde Tokio, Japón, a pandillas. Hipótesis ésta que el mismo Fernando Gómez-Mont Urueta insistió en defender todavía dos días después. Para un gobierno de la República que más bien actúa como grupo gobernante, social y políticamente insensible como pocos y sellado por la ineptitud, la corrupción y la arrogancia
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