Para algunos, el levantamiento del EZLN en 1994 se inscribe dentro de los proyectos fracasados. El adormecimiento de las conciencias y creer vivir en el mejor de los mundos posibles arranca este perfil de crítica fácil, llena de resentimiento. No había motivo para la insurrección y si los hubo se perdieron en el camino. En quince años han cometido muchos errores, han perdido apoyo y mueren de éxito. El mayor, el enfrentamiento entre su dirigencia y el candidato Andrés Manuel López Obrador en las pasadas elecciones presidenciales. No prestaron su colaboración, su militancia no hizo campaña y además utilizó un lenguaje soez. Por ello, son responsables de su derrota. ¿Pero había que apoyarlo? El PRD, junto al PAN y el PRI, traicionó los acuerdos de San Andrés, pero tal acontecimiento pasa desapercibido.
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